Uno de los principales motivos de consulta de parejas e individuos es la infidelidad, todos al menos conocemos un caso cercano o nosotros mismos hemos sido víctima o victimario de la situación, se calcula que el 40% de todas las consultas en psicoterapia están asociadas a este fenómeno. 

Desde mi experiencia clínica defino la infidelidad como el “quiebre del compromiso íntimo, físico, psicológico y afectivo – emocional entre dos personas”, es cuando entonces uno de los que componen la relación de pareja decide entrar en intimidad con otra persona, ya sea a través de una conversación, enviándole fotos, juntarse a intimar, entre otras conductas, todo con el afán de sentirse deseado, validado y admirado en el ámbito íntimo.

En los años de experiencia clínica podría decir que uno de los elementos que generan más angustia es descubrir que mi pareja pudo entrar en intimidad con otra persona y además el evidente rompimiento de la lealtad. 

Lo anterior entonces, genera un quiebre en la confianza Básica en la pareja, dando lugar al rompimiento de la intimidad y lealtad, quedando extra ordinariamente afectados y muy vulnerables. 

Algunas recomendaciones para superar este proceso de mejor forma son: 

Usted no es responsable de la situación: muchas veces intentamos justificar el daño que nos han realizado colocando excusas y justificaciones a lo que realizó nuestra pareja con frases como “quizás yo me deje estar”, “quizás descuide a mi pareja”, “estábamos estresados”, “nos descuidamos” entre otros, vale decir un sin número de excusas para justificar la conducta inadecuada de mi pareja, lo anterior es a todas luces un error, el culpable es y siempre lo será el que cometió la infidelidad. Por lo tanto, la culpa de usted no aplica, por lo tanto, deje de culparse. 

No es necesario saberlo todo: hay parejas que se obsesionan con la situación y surgen preguntas de ¿Cómo fue?; ¿Qué hiciste con esa persona?; ¿Dónde fuiste?, Entre otras preguntas más complejas, como si el saber más aportara algo positivo a mejorar mi pena y rabia. Creo que lo más sano es centrarse en superar la situación más que estar re-experimentando una y otra vez el hecho traumático. 

La contención emocional es prioritaria: Si decidió superar esta situación en pareja la contención física, psicológica y emocional es fundamental, vale decir que debemos comunicar a nuestra pareja cuando estamos angustiados o nos sentimos mal, para que esta última nos pueda contener con un abrazo o palabra de aliento.

No es necesario contar la situación: Contar la situación muchas veces genera vergüenza para ambas personas que componen la pareja. Cuando se informa de esta situación a familiares o cercanos, estamos invitándolos a que se involucren en nuestra crisis, por lo tanto, es muy probable entonces que opinen y quieran incidir en su decisión. Lo anterior puede ser muy complejo dado que, si usted junto a su pareja se deciden dar una segunda oportunidad, serán criticados y juzgados, por tanto, además de intentar sobre llevar la pena de la infidelidad deberán lidiar con la crítica de su entorno. 

Tomar acuerdos con la pareja: es tremendamente importante tomar acuerdos con la pareja, dado que esta situación nos puede seguir doliendo como parejas, dado que no extraño que el amante, aparezca en la vida real o en los pensamientos de la pareja. Por tanto, deben tomar acuerdos que hagan sentir seguros a ambos, por ejemplo, pensar ¿Cómo actuaremos si esta persona vuelve aparecer?, ¿Cuánto tiempo de celular estarán permitidos para que no me sienta inseguro? Entre otros.

Tomar terapia sumará al proceso: es fundamental, hacerse asesorar por un profesional del área de salud mental ya sea terapia individual o bien en pareja, es prioridad para que pueda ayudarlos a superar esto en pareja.

Las crisis a mi juicio se superan en conjunto y no separados.

El fenómeno de la infidelidad no es nuevo y nunca terminará dado que el deseo siempre está en el ser humano y no reconocerlo sería un error. Por lo tanto, es prioritario a mi juicio tender a establecer acuerdos y conductas preventivas para que no seamos ni víctima ni victimarios.